Hace ya tres décadas desde que nuestros padres le dieron el “sí, quiero”. Ha llovido mucho desde entonces pero, se mantiene igual de joven que entonces, sin perder ni un ápice de legitimidad y ganándose, cada día aún más, el respeto de las y los españoles.
Trajo a nuestra casa lo que no había, lo que ansiábamos. Nos garantizó libertad, igualdad, justicia, pluralismo político. Sabía hacia donde quería ir, por dónde había que pasar y a dónde no había que volver jamás. Lo hizo todo con rigor y consenso, el mismo que hoy nos pide a todos para las grandes cuestiones a resolver. Porque se sabía que tenía que ser suave en las formas pero dura en el fondo. No queríamos equivocarnos y no lo hicimos, porque ella se nos debe a nosotros y nosotros a ella, así lo quisimos y hasta hoy sigue siendo así.
Sí, nos referimos a la Constitución, esa que sigue ahí, con más virtudes que defectos, garantizándonos la vida, la seguridad, el honor, la intimidad, la educación, la libertad en todas sus formas…cuales padres que cuidan de sus pequeños. Nos aseguró unos derechos fundamentales pero nos deja una labor para los que fuéramos llegando después, quiso que nosotros nos encargáramos de desarrollarla ahí donde ella no podía o no debía llegar, haciendo de España un Estado más justo política, social y económicamente. Nos deja ese trabajo, y es hoy dónde le tenemos que demostrar la firmeza de los compromisos adquiridos hace treinta años. Corresponde a las instituciones esa tarea cotidiana, la de poner en práctica lo que ya tenemos en el papel.
Por ello, es responsabilidad de todos los poderes públicos consolidar el cambio social iniciado en 1978, y que pasa por darnos a todas y todos los españoles superiores derechos económicos y sociales, proporcionarnos un medioambiente adecuado, garantizarnos una vivienda digna, promover el bienestar de los discapacitados, la infancia y la tercera edad así como fomentar la cultura y la participación de la juventud en el desarrollo de España, entre otros muchos fines que caracterizan a un Estado Social como el nuestro.
La Constitución llega ya a la madurez sumando adeptos a su causa, porque sabemos que son esos los cimientos de una sociedad que estamos construyendo día a día, dentro un marco de convivencia democrática, tolerante y pacífica ordenada al progreso de España y sus ciudadanos. Y serán esas mismas bases, las únicas posibles, las que acabarán derrotando al terrorismo, obteniendo una mayor cohesión social o situando a España como ejemplo de democracia y de Estado avanzado en derechos sociales, individuales y colectivos.
Juan Domingo Reinaldos Díaz
Comisión Ejecutiva RegionalJuventudes Socialistas de la Región de Murcia
No hay comentarios:
Publicar un comentario